Introducción al primer número del volumen 40 de Kant-Studien (la principal revista alemana de filosofía por entonces, 1935).
Nos guía la convicción de que la Revolución de Alemania es un acto metafísico unificado de la vida germana, que se expresa en todos los ámbitos de la existencia alemana, y que por tanto, con irresistible necesidad, pondrá a la ciencia y a la filosofía bajo su influjo.
Pero (se nos pregunta con frecuencia), ¿no supone esto terminar con la autonomía de la filosofía y de la ciencia, y someterlas a leyes que les son extrañas?
Contra todas estas preguntas y preocupaciones, queremos ofrecer la visión que nos mueve desde nuestro más íntimo ser: que la realidad de nuestra vida, la que le da y le dará forma, es más profunda, más fundamental y más verdadera que la de nuestra era moderna en su totalidad; que la filosofía y la ciencia serán liberadas en un sentido radical en su propia esencia para llegar a su propia verdad.
Precisamente por el objetivo de la verdad, la lucha contra los tiempos modernos, en sus normas y formas fundamentales, es necesaria. En un sentido que ajeno e intolerable para el pensamiento moderno, este objetivo es el de vencer a la forma en la que la vida no-verdadera y fundamentalmente destruida puede volver a su más íntima verdad, es su rescate y salvación.
Esta conexión de la vida alemana con las fuerzas fundamentales y con el ser y la verdad originarios, como no se ha intentado nunca en la historia con la misma profundidad, es lo que sugiere a nuestras mentes oír esa palabra del destino: un nuevo imperio (ein neues Reich).
Si sobre la base de la vida alemana, la filosofía alemana lucha por esta auténticamente platónica unidad de la verdad con la vida histórico-política, entonces está asumiendo un deber auténticamente Europeo. Pues está planteando un problema que cada pueblo europeo debe resolver, como una necesidad vital, desde sus propios poderes y libertades individuales.
Debemos, en un sentido nuevo e inesperado, y en el espíritu del término kantiano, “superar el saber” (das Wissen aufzuheben). No por un mero espíritu de negación, sino para ganar espacio vital y espiritual para una nueva forma de ciencia y de filosofía.
En este sentido vital y creativo, Kant-Studien se conecta con el verdadero espíritu de la filosofía kantiana.
De este modo, convocamos a las fuerzas productivas de la ciencia y la filosofía alemanas a colaborar en estas nuevas tareas.
Invitamos también especialmente a nuestros amigos extranjeros, con la confianza de que en esta búsqueda de las cuestiones fundamentales de la filosofía y la ciencia, sobre la verdad del ser y de la vida, no solo obtendremos un mejor conocimiento de los demás, sino que desarrollaremos la conciencia de nuestra responsabilidad común para la comunidad cultural de los pueblos.
Hans Heyse, catedrático de Filosofía y rector de la Universidad de Königsberg, y director de Kant-Studien en 1935.
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