360. The
emperor of all maladies. Siddhartha Mukherjee. Entretenida e instructiva
historia de la investigación sobre el cáncer, aunque demasiado larga y
yanquicéntrica. (6)
359. En
el café de la juventud perdida. Patrick Modiano. Lo primero que leo del
reciente Nobel. Literatura bien hecha, de la de antes. (8)
358. El
sentido de un final. Julian Barnes. Deliciosa historieta sobre la juventud
y la vejez. (8)
357. Lo
prohibido. Benito Pérez Galdós. Un novelón decimonónico y madrileño,
escrito en cinco meses. (7)
356. The
Price of Truth: How Money Affects the Norms of Science. David Resnik.
Clarito y superficial, como todo lo del autor. Y con su toque de "qué hay
de lo mío", como en todo buen libro de ética aplicada. (5)
355. The
sense of style. Steven Pinker. Interesante, sobre todo para quien quiere
escribir divulgación, pero tal vez no demasiado útil para los que no lo hacen
en inglés. (6)
354. Mind
and Cosmos. Thomas Nagel. Una elucubración idealista, sin pies ni cabeza,
aunque algunas cuestiones son dignas de pensar. (5)
353. Making
up the mind: How the brain creates our mental world. Chris Frith. Muy
interesante como introducción al tema, aunque un poco superficial y no muy útil
para el que ya sabe un poco del tema. (6)
352. Decision
Theory and Rationality. J.L. Bermúdez. Una exposición clarísima y
convincente de algunos de los principales problemas de la teoría de la elección
racional, que ni podemos abandonarla, ni podemos tomar como una teoría completa
de la racionalidad. (8)
351. Tatami.
Alberto Olmos. Entretenida, y apropiada para un viaje en avión, aunque el
argumento es la leche de inverosímil. (6)
350. The Crime of Reason: And the Closing of the
Scientific Mind. Robert Laughlin. Alegato de este premio Nobel contra la
privatización del conocimiento. (6)
349. Tres
veces al amanecer. Alessandro Barico. Una novelita agradable (tres cuentos
entrelazados, más bien), para leer en un rato; sobre todo diálogos vivísimos.
(6)
348 Por
qué leemos novelas. Ana Rodríguez Fischer. No será porque pedanterías como
esta animen mucho a hacerlo. Lo único bueno es leerlo como si hablara de
novelistas imaginarios (para mí, muchos lo son). (3)
347. Mente y materia. ¿Qué es la vida? Sobre la vigencia de Erwin Schrödinger.. AA.VV. El título engaña, porque no son las obras homónimas del gran maestro, sino varias conferencias sobre su pensamiento. La mejor, la de Laughlin, pero otra sobre el cáncer y la biología molecular tampoco está mal. (5)
347. Mente y materia. ¿Qué es la vida? Sobre la vigencia de Erwin Schrödinger.. AA.VV. El título engaña, porque no son las obras homónimas del gran maestro, sino varias conferencias sobre su pensamiento. La mejor, la de Laughlin, pero otra sobre el cáncer y la biología molecular tampoco está mal. (5)
346. A
natural history of human thinking. Michael Tomasello. Imprescindible. De
cómo ciertas ideas filosóficas (intencionalidad colectiva, inferencialismo...)
pueden convertirse en fecundos modelos científicos. (9)
345. De
la alpargata al 600. Juan Eslava Galán. Entretenido. Si no fuera porque
conozco al autor, pensaría que hay un tufillo anticlerical. (6)
344. El
giro. De cómo un manuscrito olvidado contribuyó a crear el mundo moderno.
Stephen Greenblatt. Una obra soberbia, que no sólo revela la suerte del
epicureísmo entre los siglos -I y XVI, sino que retrata de modo excelente el
mundo de los primeros humanistas. (10)
343. Institutions.
Francesco Guala. La mejor introducción reciente (por desgracia, aún inédita) a
la filosofía de las ciencias sociales. Las instituciones son
reglas-en-equilibrio, y ya está. (9)
342. De
la física a la mente. El proyecto filosófico de Roger Penrose. Rubén Herce
Fernández. Bienintencionado pero flojo; habría debido concentrarse más en sus
propias críticas, que son interesantes. (5)
341. El
caballero sueco. Leo Perutz. Un relato intrascendente pero muy agradable de
leer, entre el cuento popular, la leyenda y la historia, escrito como se
escribía antes. (6)
.
Ver aquí la lista actualizada, desde diciembre de 2009.
Perdón por la extemporaniedad.Me guardo la lista,aunque solamente puedo leer en la lengua de Cervantes. Estoy leyendo "El Giro", la verdad es que es una delicia.
ResponderEliminarAprovecho para saludarte,profesor.He descubierto el Otto hace poco y no pienso desembarcar hasta que no lo haya recorrido hasta el último milímetro.
Muchas gracias, Manuel. Espero que disfrutes, aunque una vez me molesté en contar cuánto ocuparía todo el blog, incluidos comentarios, si estuviera impreso en forma de libro, y me salían unos 20 volúmenes.
ResponderEliminar:-)