La llamada "falacia naturalista" es bien conocida entre todos aquellos que nos preocupamos de un modo u otro por los fundamentos de la ética. Aunque su nombre lo recibió hace algo más de un siglo (con el argumento de Moore según el cual el concepto de "bueno" no se puede reducir a otras propiedades, porque siempre podríamos preguntar si algo que posee esas propiedades es bueno o es malo), el verdadero padre del argumento es Hume, con la tesis (a mi juicio, mucho más clara y contundente que la de Moore) de que es un error lógico derivar una conclusión que exprese qué es lo que se DEBE hacer, a partir de premisas que SOLO contengan expresiones hacerca de como SON las cosas (en su esqueleto: la tesis de que "no puede inferirse un 'debe' a partir de un 'es'", o "no puede derivarse un juicio moral a partir de juicios de hecho"). O dicho de otra forma: no pueden inferirse conclusiones normativas a partir de premisas puramente descriptivas..
No voy a discutir en esta breve entrada la tesis de Hume, sólo quiero señalar lo grave que me parece llamar a ese error "falacia naturalista". Pues los argumentos de Hume y de Moore no se refieren en absoluto a "premisas que describen hechos naturales", sino a cualquier proposición que se limite a expresar si A es B, sean lo que sean los A o los B (y en particular, si los B no esconden propiedades morales). Es decir, no solo es que sea lógicamente incorrecto derivar juicios morales a partir SOLO de "hechos naturales" (como "todos los seres humanos desean tener una vida satisfactoria", o "todos los animales superiores pueden sufrir dolor", p.ej.), sino que TAMBIEN es incorrecto derivar juicios morales a partir sólo de "hechos matemáticos", "hechos metafísicos", "hechos lógicos", etc., etc., etc. Es decir, ni podemos deducir qué está moralmente bien y qué está moralmente mal basándonos en el conocimiento empírico de cómo son los seres humanos, ni TAMPOCO podemos deducir qué está moralmente bien y qué está moralmente mal basándonos en el conocimiento "racional" de cómo son las leyes de la lógica o cómo es la esencia de dios y de nuestras almas.
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La "falacia naturalista" debería llamarse de otro modo, pues. Por ejemplo, "falacia factualista".
